Cuidar también es transformar: mujeres que tejen redes de protección comunitaria

Redacción Fululu

Entre febrero y junio de este año, se llevó a cabo un proceso formativo con mujeres cuidadoras en Manta, Esmeraldas y Lago Agrio. En el marco del proyecto “Comunidades en Acción: Tejiendo redes de protección”, una iniciativa de UNICEF implementada por Fundación Lunita Lunera. Este proceso tuvo como objetivo fortalecer las capacidades para la protección de niñeces y adolescencias, desde un enfoque comunitario y con herramientas prácticas para la vida cotidiana. 

Son las mujeres quienes, en todos los territorios, sostienen el tejido del cuidado: acompañan, protegen y fortalecen a sus comunidades desde lo cotidiano. Reconocer este rol es clave para construir entornos seguros, donde las niñeces y adolescencias puedan crecer con bienestar, dignidad y oportunidades. 

Durante este proceso, se desarrollaron encuentros enfocados en la protección integral, los cuidados, la prevención de violencias y el acompañamiento emocional. Se abordaron también temas como las rutas de atención frente a situaciones de violencia, derechos sexuales y reproductivos, corresponsabilidad en los cuidados y la importancia del lenguaje claro y respetuoso para el acompañamiento a las infancias.

Luxiana Vega, participante del proceso e integrante de la Fundación Colectiva Amazonía de Colores, destacó el enfoque cercano y práctico de los talleres: 

“Muchas organizaciones hablan desde lo bonito o desde lo fantasioso, pero creo que este tejido accionar comunitario ha servido para que no sea más eso fantasioso, sino que sea algo real, comprometido, y sobre todo, desde la sociedad civil para la sociedad civil”. 

Luxiana también compartió cómo esta experiencia fortaleció sus capacidades para acompañar a niñeces y adolescencias: 

“Antes no compartía mucho con niñas, niños o adolescentes, pero ahora siento que tengo herramientas para conversar con ellos, acompañarles y actuar en situaciones que requieren protección”. 

Además de los contenidos temáticos, el proceso generó espacios de intercambio emocional y autocuidado. Entre las actividades que más resonaron fue una que se denominó como Catarsis filantrópica, una iniciativa donde las participantes pudieran compartir, descargar tensiones y reconocer sus propias necesidades como cuidadoras: 

“A veces como lideresas comunitarias nos recargamos de muchas cosas. Este tipo de espacios nos ayuda a reencontrarnos, a compartir saberes, y a generar vínculos con otras personas y organizaciones”. 

La propuesta también incluyó el trabajo en red con otras organizaciones y autoridades locales, para fortalecer articulaciones comunitarias y ampliar el alcance de las acciones de protección. 

Luciana resalta que este proceso no solo dejó herramientas prácticas, sino también aprendizajes colectivos importantes: 

“Aprendimos, compartimos, articulamos. Y, sobre todo, nos llevamos la posibilidad de seguir replicando lo aprendido en nuestras comunidades”. 

Desde Fundación Lunita Lunera y UNICEF, se reconoce y valora profundamente el compromiso de las mujeres que, desde sus realidades y territorios, construyen día a día entornos protectores. El cuidado también es acción comunitaria, es red, es transformación.