La masculinidad hegemónica y su relación con las infecciones de transmisión sexual (ITS)
Por: Ramiro Urbina
La masculinidad hegemónica es una categoría que describe el conjunto de prácticas, normas y expectativas culturales que definen lo que significa «ser hombre» en el patriarcado. Este modelo de masculinidad, promovido como ideal, suele asociarse con características como la fuerza, la dominación, la heterosexualidad, la competitividad y la supresión de emociones. Esta construcción social, que moldea la manera en que los hombres construyen su identidad, tiene implicaciones profundas en diversos aspectos de su vida, incluyendo su salud, con un impacto particular en lo relacionado con las infecciones de transmisión sexual (ITS).
Uno de los aspectos más problemáticos de la masculinidad hegemónica es su relación con el comportamiento sexual. Tradicionalmente, este modelo fomenta idea de que los hombres deben tener múltiples parejas sexuales, demostrar virilidad y evitar mostrar vulnerabilidad. Estas expectativas pueden llevar a prácticas sexuales de riesgo, como el no uso de preservativos, la falta de comunicación sobre el estado de salud sexual con las parejas y la resistencia a realizarse pruebas de detección de ITS. Este comportamiento no solo pone en riesgo la salud de los hombres, sino también la de sus parejas, perpetuando la transmisión de infecciones.
Además, la masculinidad hegemónica suele estigmatizar a aquellos hombres que deciden cuidar su salud sexual. Por ejemplo, solicitar pruebas de ITS o hablar abiertamente sobre el uso de protección durante las relaciones sexuales puede ser percibido como un signo de debilidad o falta de «hombría». Este estigma disuade a muchos hombres de buscar información, atención médica o tratamiento oportuno, lo que puede contribuir a la persistencia y complicación de las ITS en la población masculina.
Otro factor relevante es la relación entre la masculinidad hegemónica y la homofobia. En muchos contextos, este modelo de masculinidad rechaza las identidades y prácticas sexuales no heterosexuales, lo que puede llevar a una falta de educación sexual inclusiva. Los hombres que tienen sexo con hombres (HSH) pueden enfrentar mayores barreras para acceder a servicios de salud sexual debido al miedo a la discriminación o al rechazo social. Esto aumenta su vulnerabilidad a ITS como el VIH, sífilis o la gonorrea.
Por ello, es esencial cuestionar las normas de género tradicionales y promover una cultura que valore la responsabilidad y el autocuidado en el ámbito de la salud sexual. En este proceso, la educación sexual se convierte en una herramienta clave, ya que permite desmantelar estereotipos dañinos y fomentar modelos de masculinidad más diversos y saludables, basados en el respeto mutuo y la prevención. Además, es imprescindible que los sistemas de salud adopten un enfoque integral e inclusivo y libre de prejuicios, desde una perspectiva de promoción de la salud, prevención, diagnóstico y tratamiento de estas infecciones, garantizando que todos los hombres, sin importar su identidad u orientación sexual, puedan acceder a información y servicios médicos de manera segura, efectiva y sin discriminación. Solo así será posible reducir la incidencia de las ITS y avanzar hacia una sociedad más equitativa y consciente de su bienestar colectivo.
Este contenido se realiza en el marco del proyecto ECHO – ASTRAL ejecutado por la Fululu junto al IRC en Ecuador.